Naufragio del ROU Valiente 

Por: A. Becquer Casaballe

 

Carta enviada al diario uruguayo El País por las declaraciones del maquinista de un pesquero sobre el abordaje entre el ROU Valiente y el B/M Skyros.

Señores Directores

Me dirijo al prestigioso medio que ustedes dirigen para expresar mis discrepancias en torno a las apreciaciones del maquinista del B/P María Laura, señor Horacio Silva, vertidas en vuestra edición de hoy miércoles 9 de agosto en relación al abordaje entre el ROU Valiente y el B/M Skyros, sin por ello poner en duda su capacidad y dignidad profesional.

El señor maquinista sostiene  que el ROU Valiente debió apartarse de la derrota del mercante en razón de tener este un muy superior desplazamiento. Dice: "Yo pienso que tendría que haber maniobrado el chico y que el grande tenía que mantener el rumbo".

Les sugiero la lectura del Reglamento Internacional para Prevenir Abordajes en el Mar (RIPAM), para que comprendan por qué esa afirmación no se ajusta al derecho marítimo.

En el Reglamento -insisto, con fuerza de ley- se especifican dos tipos básicos  de buques: a motor y a vela. Entre los de motor, se distinguen, en cuanto a sus luces de navegación, los de hasta 50 metros de eslora y los de más de 50 metros, con el fin de distinguirlos en la noche y a la distancia, además por su condición y especificidad.

A su vez, al margen de la eslora, los buques, por determinada condición, se clasifican en sin gobierno, restringido por el calado y con maniobra restringida.

Un buque sin gobierno es aquel que ha padecido avería en planta motriz, hélices o timón, que le impiden maniobrar con libertad. Los demás buques deben mantenerse apartados.

El buque restringido por el calado es aquel que solo puede navegar por canales (sean naturales o artificiales) y, por lo tanto, los de menor calado deben cederle el paso.

Buque con maniobra restringida es aquel que por la actividad que realiza no puede maniobrar con libertad. Son, por ejemplo, pesquero con sus artes largadas, un remolcador que remolca, la draga dragando, un barreminas en operaciones de desminado, buques navegando en conserva en maniobra de transvasamiento de combustibles, etc. Cabe destacar que, navegando en aguas libres y sin limitaciones, las motonaves deben apartarse de la derrota de un velero, sin importar eslora o desplazamiento, cosa que en contadas ocasiones hacen.

El Skyros no calificaba en ninguna de aquellas presunciones puesto que estaba navegando en aguas libres sin limitaciones, esto es, con suficiente calado y a muy razonable distancia de la costa.

Por lo tanto, al Valiente le asistían exactamente los mismos derechos y obligaciones que al Skyros.

En el mar no hay buques grandes o chicos, sino capitanes, comandantes y oficiales de guardia que deben respetar las buenas artes marineras y los reglamentos. De lo contrario, sería como suponer que en las calles quienes conducen un Fiat 600 debe cederle siempre el paso a un Fairlane, lo cual sería injusto. Eso sucede únicamente en el fondo del mar, donde el pez grande se come al chico, pero no entre personas educadas.

Por otra parte, el Reglamento Internacional para Prevenir los Abordajes en el Mar (RIPAM), que tiene fuerza de ley para todas las naciones del mundo, establece que dos buques de idéntica condición que navegan de vuelta encontrada, es decir, apuntándose con las proas, deben caer a estribor (derecha) para pasar con franquía babor con babor. En lenguaje náutico, se dice pasar "rojo con rojo", en referencia a que sobre esa banda se encuentra la luz roja de navegación, tal como detalla "El País".

En determinadas circunstancias, los capitanes pueden acordar, pasar "verde con verde", que también se dice "pasar con malas" puesto que contraría la letra del RIPAM.

El comandante -u oficial de guardia- del ROU Valiente, en mi opinión, procedió conforme a las buenas artes marineras al exigir "rojo con rojo".

En este punto, se agrega algo que debería considerar el juez que entiende en la causa, y es el carácter militar del barreminas que, en las aguas jurisdiccionales de la República, ejerce poder policial. Si la colisión se produjo dentro de las aguas territoriales, zona adyacente o ZEE, el buque mercante debería acatar las indicaciones provenientes del buque militar o policial, máxime si éstas no son absurdas y responden a lo que se ha reglamentado para dar seguridad a la navegación.

Por otra parte, las afirmaciones del presidente de la República, Jorge Batlle, en el sentido de "alertar" sobre los peligros de la navegación automática en un corredor "angosto y lleno de navíos", y denominar al GPS "piloto automático", demuestran su desconocimiento sobre el tema, razón por la cual no deseo pasarlas por alto.

El hecho de que un buque navegue con el piloto automático únicamente supone que no hay una persona sosteniendo el timón en sus manos, lo cual sería extremadamente fatigoso para largas travesías y se correría el riesgo de que el buque se apartara de la derrota trazada por el capitán u oficial de navegación.

En este sentido, el piloto automático, así como el radar anticolisión y el GPS, son equipamiento que agregan seguridad en la navegación. No voy a referirme aquí a la diferencia entre el GPS y el piloto automático, puesto que son dos elementos ajenos. GPS deviene de Global Positioning System. Este sistema sustituye a otros como radiogoniómetro,  Omega (actualmente desactivado) y el sextante, para determinación exacta de la posición en tiempo real, pero carece de acción sobre el sistema de gobierno (timón), excepto que se lo vincule a través de una interfaz NMEA.

La automatización de la navegación, con interfaz que asocia piloto automático, GPS, radar anticolisión y cartografía electrónica, en lo que se denomina Sistema Inteligente de Navegación, es recomendada por la Organización Marítima Internacional. Me sorprende la liviandad del presidente de la República en sostener precisamente lo contrario.

Lo que sí es obligatorio es que en el puente de mando o lugar de gobierno exista una persona idónea haciendo vigilancia permanente. Esto lo especifica el RIPAM para todos los buques, incluyendo veleros, al margen de la automatización que exista y en cualquier tipo de navegación (en canales estrechos, Río de la Plata u océanos). En determinadas circunstancias -canales estrechos, ingreso/salida de puerto, etc.- esa vigilancia debe ser establecida por el capitán, es decir, no puede delegarla (acoto: se delega la vigilancia o tareas específicas, jamás el mando)

Si el Skyros respondió al llamado por radioteléfono marino en Canal 16, del ROU Valiente, tal como se consigna en vuestro diario, es claro que en el puente había personal puesto que en ese lugar, y no en otro, se encuentra el sistema de comunicaciones de todo buque. La presunción del señor presidente de que el buque navegaba mientras "los tripulantes descansan" carece de asidero.

Develar la verdad será una tarea difícil pero no imposible, puesto que en los accidentes, en general, son múltiples y variados los factores concurrentes que llevan a que se produzcan. Las responsabilidades pueden llegar a ser compartidas en diversos porcentajes. Ello es tarea de la justicia.

Lo que sí es gravísimo, de ser cierto, es la supuesta negativa de brindar asistencia con el argumento de falta de visibilidad. Los buques disponen de reflectores en el puente y en cubierta. Por eso me cuesta creer que un marino haya dado esa respuesta, contraria además al reglamento sobre salvaguarda de la vida humana en el mar.

Por último, deseo expresar mi profunda consternación ante los camaradas del mar muertos y desaparecidos en el Atlántico Sur, pertenecientes a una Armada que se caracteriza por ofrecer constante y generosa asistencia, con un elevado profesionalismo  y grandes dotes humanas, a quienes navegamos las aguas de la República O. del Uruguay.

Sin otro particular, les saluda con la consideración más distinguida:

A. Becquer Casaballe
Capitán del M/V "Joseph Konrad".
Buenos Aires, Argentina.

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