Enviado por Oscar~Alba on Marzo 20, 2001 at 02:51:06:

Llueve?, nooo!!!...

Diluvia en La Plata.

Son la 09:00 del viernes y acabo de hablar con Pepe en San Fernando.

Allá también cae agua a baldes y con viento.

¿De donde salió la tormenta?, me pase toda la tarde laburando sin mirar el cielo una sola ves...

Llamo otra ves a las 23:00 y Pepe me confirma: se pospone la Caravana.

Antes de irme a dormir cierro los postigos de la ventana de la calle, y veo el R12.

Esta cargado hasta las verijas.

El gomoncito enrollado en el asiento de atrás, mas el circular, el asiento transversal con el VHF debajo, la antena, la batería, etc.

En el asiento del acompañante la enorme caja estanca con muda de ropa, linterna, traje de agua, bengalas, carta, yerba, azúcar, termos, sándwich, etc.

En el baúl el motor 8HP, mas tanque, bidón, fondeo, cabos, chalecos, etc.

En el piso del acompañante la bolsa para el Mini, con pilchas mías y que mi vieja me dio.

Parece mas "gordito" el R12 de tan cargado.

Lo miro y lo miro...

¡Queeee... cagada!, digo en silencio, y me voy a dormir.

El sábado a la mañana mi socio no puede disimular su contentura, bancar un sábado de trabajo solo, es embromado.

Son las 11:00, el tiempo sigue lindo... y llaman al taller con una urgencia en la rotonda de Alpargatas.

“Juancito...”, le digo a mi socio,

“Alpargatas esta en el camino al Delta, yo cubro el llamado!”

“Chau, que te sea leve”

A las 16:30 hs. estaba en Dique Lujan.

Saludo a Hugo, que regentea el lugar, y le digo que si por 10 días de cuidar el coche y bajar el gomón, la otra ves me cobro 20.00$, si esta ves por 2 días me va a cobrar 4.00$.

Se caga de risa y me baja la “balsa salvavidas” como el le dice, llena de cosas como una torta de cumpleaños.

Cuando llego a la Chata en el Arias, en la casa no hay nadie.

Una vecina me cuenta:

Jorge esta en el monte arreglando la línea eléctrica que el viento jorobó, y Diana y los pibes en Tigre con la abuela.

Reviso la Chata.

El botazo esta arreglado, el fondeo esta otra ves armado y en la caja de cambio, que fallo el otro domingo, hay un cartelito:

“Oscar, cambie la junta.”

“Puse una original de 26$, la nacional salía 3$”

“Tenia puesta una nacional, duró 7 años”

Le dejo otro cartel contándole que se va a dar una vuelta por allí un mecánico, para pegarle una revisada a la caja, Fiat CP3, bombas, etc., que es Don Carlos Gómez.

Verifico que aun este el colchón en la litera de la Chata para esa noche y abro la carta.

¿Para donde voy?

Debo ser sincero.

Cuando se me ocurrió que podía sumarme a la caravana con el gomón tenia mis serias dudas.

Dudas sobre mi aguante físico, ya no soy un pendejo, y mi escasa experiencia náutica.

Temía que, agotado, terminase a remolque de algún velero.

Y a bordo del barco de Ricardo, Pepe o quien fuera, me tuviera que bancar las merecidas cargadas.

¿Por qué no probar solo?.

Si me canso demasiado, paro y fondeo, o me vuelvo.

Y en lugar del Mini,... porque no el Vinculación?

Donde dicen que para sacar un balde de agua a cubierta, hay que pedirle al barco contiguo que se corra...

Deben estar casi todos por allí...

Tengo la radio,... si no los veo, los puedo escuchar.

Cómo era?,... canal 11 los de la Caravana, otro dijo el 15...

Salgo a los piques y ya en el Paraná repaso mentalmente si me olvide algo.

Sí, el azúcar para el mate...

Hacia 30 minutos que navegaba en el ancho río y pensaba:

Esto es para mí, lo que seria para uno del Foro navegar en el mar...

Hacia un rato que venia pispeando una lancha grande parada a 60 mts. de la orilla.

¿Pescando allí?, que raro.

Otras embarcaciones iban y venían por la zona.

Cuando llego a ella me doy cuenta que su tripulante, lo que manipulaba no era una caña, sino un bichero.

Se le enredo el cabo de fondeo en la hélice, y a no ser que se tire al agua, el pobre no puede sacarlo.

Lo desenredo y antes que me dé las gracias, jubiloso le mangueo un poco de azúcar, que le vi al lado del volante, en el equipo de mate.

Me mira asombrado y le digo: “no disfruto los mates amargos, parece que a usted tampoco!”

Mi intención era entrar por el Capitán.

Pues aun recuerdo las hermosas casas cuando iba a ver la chata “Quinta II” de la flia. Alegre, en el arroyo Segunda Hermana, con la colectiva hace casi un año.

Luego encontraría a Alba.

Creo que con la distracción de la lancha me comí un juego de boyas, las del Km. 57,6.

La cuestión es que a los pocos minutos veo frente a mí, 3 bocas de cursos de agua.

Avanzo un poco mas y reconozco... una isla!!!

Eso no debiera estar allí...

Saco presuroso la carta de la caja estanca, esta escrito y dice “Isla Nueva” bien clarito,... grande como una casa.

Y bueno,... me deje caer entonces por el Canal Honda.

Por este hasta el Unión.

Y cuando llegue al San Antonio,...

¡Madre Mía!!!.

Entendí las puteadas de todos ustedes!!!

Allá a lo lejos, cerca de la boca del Vinculación, esta imponente un gran barco de PNA, el que suelo ver a la salida de la Estación Fluvial de Tigre.

Me pregunto que pueden hacer.

Que berenjenal!!

La verdad, no me anime a seguir hasta el Vinculación.

Me gusta el ejercicio a bordo del gomón, pero tanto no.

Así que, antes del arroyo Dorado, sobre el San Antonio fondee a la vera de un embarcadero.

Puse el scan de la radio en el 11, 15 y 16, y tratando de embocar la boca del mate con el chorrito, me quede a la escucha.

¡Minga de escuchar a alguien conocido!, que iluso.

Luego, al poner el scan libre, sin setear canales para pasar el rato, me llamo la atención que sobre 10 comunicaciones entre amigos, 3 o 4 enunciaban problemas con las baterías.

¿Qué tal una buena lancha, mas VHF y una bruta batería con largos cables a bordo?

A 3,00$ la arrancada, uno se podría hacer el día, ¿no?

Paso 1/2 hora y se me arrima un rígido con 4 PNA abordo, que gentilmente me preguntan si me pasaba algo.

Les muestro el mate y sonríen.

Me siento halagado, yo, en mi embarcación precaria.

Al irse los muchachos me doy cuenta que soy el único bol... que se mece estático al compás de la corrida general circundante.

También,... como para no llamar la atención!

Con el sol ya detrás de los árboles, parto en busca del río Capitán.

Avanzando ya de noche, me percato que aparte de no haber luna, el foquito “todo horizonte” en el barral del espejo, ilumina demasiado el gomón.

Este es de color claro y termino encandilado.

Bhaa!, no veo un pomo, no veo...

Probando con la linterna de 4 elementos, descubro que si voy barriendo los montes de las orillas hacia delante, me doy una buena idea por donde seguir.

Pero de un posible tronco en el agua,... no.

No puedo hacer las dos cosas.

Bajo la velocidad y levanto la palanca para liberar al motor, que cabecee solo, si me trago algo.

Dos o tres veces recurrí a la linterna para verificar un bulto en el río.

Son lugareños cruzando en un bote.

A uno lo descubrí por la braza del cigarrillo.

Me entro a poner nervioso.

Ya no hay embarcaderos con sus luces.

Al fin!!.

Al fin las benditas boyas que no vi a la ida!!

3 destellos,... tres destellos.

En medio de la negrura total.

La vuelta por el Paraná ya es un placer.

Se recorta la silueta de la costa y los barcos, contra la claridad que se vislumbra allá por Campana.

Navego regulando en medio del silencio.

Es al cohete!!, las estrellas aquí,... brillan mas.

Pasan dos cruceros y como yo, a mínima maquina.

Devén estén también disfrutando, a pesar de la distancia escucho las charlas amenas en sus cabinas, veo que me saludan a lo lejos, los saludo.

Faltaban unos 400 mts. antes de llegar al Arias...

y se me acelera el corazón de gozo.

Un cometa.

Un cometa como nunca había visto antes¡!, salvo quizás en mi infancia, cuando vivía en las afueras de la ciudad.

Juro que vi los detalles de la cola, y que cayo ahí nomás... que sé yo,

que cayo en Campana!.

Llego al Arias y recorro los 1000 mts. faltantes extasiado.

Al llegar a la Chata, veo luz en la casa de Jorge.

Mañana lo saludo, son solo las 21:30, pero para mí son como las 2 de la matina.

En la cabina de Alba prendo un espiral y la radio en Nacional.

Mientras me como un sándwich encuentro que cambiaron mi cartelito en la caja de cambio.

Este reza: “Que desconfiado!, trae el mecánico, no hay problema”

Antes de acostarme, con una hoja de papel y marcando con un lápiz, a falta de compás, sumo kms. en la carta

Me da 47, unas 26 millas.

“Bue´,... no es para tanto”, me digo.

Aunque solo por lo del cometa, valió la pena.

Me duelen todos los huesos, pero estoy feliz.

El domingo, sumando la ida y vuelta por el Arias, haría un total de 35 millas, unos 63 kms.

Verificaría que el 8HP solo consumió 7 lts.

En el restaurante del Dique Lujan, domingo al medio día, yo precise 2 ½ platos de ravioles para reponerme.

En comparación, soy mas caro que el motorcito.

Sueño con navegar en la Chata,

pero por este fin de semana,

el gomoncito me alcanzó y sobro.

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Que hallan tenido un buen fin de semana,

Que comiencen bien el lunes.

Nos veremos el 31 en la Caravana postergada.