Vendo la Chata, vendo la Chata, vendo la Chata, vend... Enviado por Oscar~Alba desde nnn081125.netverk.com.ar (200.63.81.125) el Lunes, 08 de Septiembre de 2003 a las 8:48PM -------------------------------------------------------------------------------- Mi historia de la Chata comenzó aquí, en este Foro... y aquí continua. La verdad... que me canse. Hace tres años o más que comencé con mi proyecto de vivir a bordo de un barco. Y todavía estoy en veremos... La Chata tan solo está paga, lo cual me llevo mas de dos años. Ahora falta hacerle el motor a fondo, luego retocar en tierra (luego de tres años de la ultima vez) el calafateado y alguna traca de la obra viva... Ni hablar de la cubierta, que en tres años a la intemperie sin mantenimiento está... Mas tarde pagar las matriculas del 2002/3, luego la escritura y otros papeles... y recién allí comenzar la reforma en “barco habitable” para algún... año mudarme a bordo. Algún año digo, porque la idea que tengo de vivir a bordo es hacerlo con las comodidades que se pueden tener en tierra, de allí que busque y encontré una chata con dieciséis metros de eslora y cinco de manga. Y resulta que... uno se para en el extremo de la proa, mira (con el croquis de la reforma en el bocho) hacia popa... y piensa en los pesos que actualmente entran en mi taller... Y me canse, ya no tengo ganas de laburar sin disfrutar una navegadita, conformándome con el gomoncito, que si bien es otro tipo de navegación... no puedo compartir con todo el mundo (aparte de a mi compañera y a “José”... ¿a quien invito a bordo del gomón?) En realidad con la Chata, es como tener un coche eternamente en la cochera o en el taller... y no poder usarlo ni para darse una vuelta a la plaza del pueblo. Alguien me dijo: “pero cuando la tengas en Berisso va a ser otra cosa...” Pues no, me canse, ponerle mil pesos a la Chata se ve tanto (y reconforta) como tirarle una miga de pan a mi perro “José” de 40 kilos... ¿Esto implica que abandono mi proyecto de vivir a bordo, de vivir en el río? Pues no, mis sueños son mis sueños y moriré con ellos. La idea es venderla (que ya lo estoy concretando con un broker “de chatas”) para luego comprar un antiguo crucero. Dicho crucero, viejo y clásico, en mal estado de aspecto (dado el dinero que tendré), que quizás no tenga las comodidades como para vivir... pero si que me permita navegar algo, me realimenta la ilusión de acercarme a un “Barco Habitable” (y no casa/barco...) en algún día quizás mas cercano. Esto es así a partir de que sí tengo el tiempo y el dinero como para mejorar o reconstruir algo que... ya está construido. Cosa que me entretendrá en el poco ocio que tengo... sin sentirse abrumado por los inconvenientes a sortear, sobre todo muchos pesos. Y la historia sigue con que, al tiempo, vender el crucero una vez terminado... para comprar otro de una eslora mayor, en mal estado... para continuar una y otra vez hasta tener el barco de mis últimos días. O sea, laburar e invertir en algo que me place teniendo la posibilidad de navegar al menos, y siendo un barco tan antiguo que ya no se desvaloriza... lo que le ponga lo recuperare al venderlo, por lo menos los materiales, aunque quizás no la mano de obras. Mientras... navego. El broker con el que estoy tratando, el mismo que venderá la Chata, ya me prometió que en la semana me avisa de algún crucero que cubra mis expectativas. Parece conocer mucho, aunque sé que los vendedores... son vendedores, ¿no? Pues muchachos... entonces mal no me viene que, si en su club o amarra tienen algún viejo crucero a la vista... me chiflen. Con que me den el dato del lugar y solo idea de que tipo de barco y precio... sobra. Cuando buscaba la Chata hace tres años vi unos viejos Ortholan, Baader o similares de astillero desconocido, de nueve, diez metros de eslora o algo mas, de los años ´35 a ´55, muy venidos abajo pero que tenían su estructura general bien, o sea... no estaban por irse a pique. Dispondré de unos veintitrés a veinticinco mil pesos al contado, hasta allí da mi bolsillo vendiendo la Chata. Así que ya saben, la historia continua aquí.. Un Abrazo a los que conozco y a los que no conozco... también. Pdata. Seguiré siendo Oscar~Alba, pues “Alba” es el nombre que la Chata nunca tuvo en realidad. La chata se llama Safa Sexta y hoy esta en la dársena del Puerto de Frutos de las chatas paleras. Alba se llamará el barco de mis sueños cuando viva en él... ® Oscar~Alba |