El Lusitania
en navegación durante un viaje efectuado en 1911
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El Lusitania
ha sido uno de los vapores de lujo para pasajeros más
rápido y admirado que ha cubierto las líneas
trasatlánticas. Terminó trágicamente
el 7 de mayo de 1915 en aguas de Irlanda, al ser torpedeado
por un submarino alemán. En el naufragio murieron 1.198
personas, víctimas inocentes de la Primera Guerra Mundial. |
A principio de
siglo el multimillonario J. Pierpont Morgan decidió fundar
una compañía de buques de pasaje que sirviera la línea
del Atlántico Norte y que no tuviera rivales. Ese trust se
llamaba “International Mercantile Marine Company”.
En 1902 ya
habían comprado las sociedades inglesas “Red Star Line”,
“Mississippi”, “Dominion” y “Leyland”, así como todo el
paquete accionario de la “White Star Line” por el que pago unos
25 millones de dólares en oro. En 1903 empezó a
temerse que Morgan también absorbiera la “Cunard Line”,
pero en ese momento el gobierno británico se opuso. Esa
compañía se consideraba un bien nacional de interés
estratégico. En virtud de esto y de que las compañías
alemanas Norddeutscher Lloyd y Hamburg-Amerika ya habían
alcanzado un optimo estándar con cinco nuevos trasatlánticos
( el Kaiser Wilhem der Grosse, de la NDL, que inicio la serie,
fue el primero en conquistar el Gallardete Azul del Atlántico
para Alemania en 1898 ), es que el gobierno ingles aceptó
conceder a la Cunard un préstamo de 2,6 millones de Libras
esterlinas para construir dos grande trasatlánticos de
lujo el “Mauretania” y el “Lusitania”, a condición de que
estos rápidos buques, siempre fueran de propiedad británica
y estuvieran a disposición del país en caso de guerra,
para servir como transporte de tropas.
Esta es la
razón por la que el Mauretania y el Lusitania ( ambos llevaban
nombres de provincias romanas ) fueron diseñados para ser
los mejores buques de línea para pasajeros del mundo, tanto
en lo que concierne a comodidad como a tecnología. Luego
la “White Star Line” construiría los legendarios “Olympic”
“Titanic” y “Britanic” para competir y superar a los barcos de
la Cunard.
Al igual que
lo ocurrido con los tres gemelos de la “White Star Line”, donde
dos de ellos terminaron trágicamente, en el caso de los
de la Cunard, el “Lusitania” fue torpedeado en aguas de Irlanda,
el 7 de mayo de 1915 por el submarino alemán “U-20”, muriendo
1.198 personas. Este hecho represento en el transcurso de la Primera
Guerra Mundial, una doble consecuencia, que cabe considerar en
cuanto a la materialidad de la perdida que tan gran unidad representaba
y por otra parte en lo que a la motivación de la participación
de los EE.UU. en la conflagración se refiere.
Adentrémonos
en esta historia, que con la tragedia del “Titanic”, representa
uno de los peores desastres marítimos de la navegación
contemporánea.
El “Lusitania”
fue construido en los astilleros John Brown, Clide de Escocia.
Se boto el 7 de junio de 1906, concluyendo el alistamiento el
7 de septiembre de 1907. Las características de barco eran
las siguientes: Desplazaba 31.550 toneladas de arqueo bruto; la
eslora era de 241 m; manga 26,8 m y un calado de 11 metros. Al
momento de su botadura era junto con su gemelo el “Mauretania”
el barco más grande del mundo. Su planta motriz estaba
compuesta por cuatro turbinas, que eran alimentadas por 25 calderas
con un total de 129 hogares. El consumo diario de carbón
era de 1.000 t a una velocidad de 25 nudos
En 1907, durante
su segundo viaje, el “Lusitania” conquistó el gallardete
Azul del Atlántico, tanto hacia Occidente como hacia Oriente,
y en noviembre de aquel mismo año, el titulo de la travesía
hacia Oriente paso al “Mauretania”, que en septiembre de 1909,
fue provisto de hélices de cuatro palas de nuevo diseño,
obteniendo una media de 26,6 nudos. Luego también obtuvo
el récord de velocidad en la travesía hacia Occidente.
El “Mauretania” mantuvo el Gallardete Azul hasta finales de 1929,
año en que paso al trasatlántico “Bremen” de la
NDL.
La velocidad
no era solo el único orgullo del “Lusitania”. Las instalaciones
y la decoración, en los estilos más diversos, era
impresionante. Los comedores, las salas de estar, bibliotecas
y camarotes eran de un lujo no conocido hasta entonces en un buque.
La calidad del servicio era excelente, al menos para los pasajeros
de primera clase, que pagaban 200 libras esterlinas para tal privilegio
( un camarote de tercera costaba solo 20 libras ). El buque podía
transportar 563 pasajeros de primera clase, 464 en segunda y 1.138
en tercera. Tenia una tripulación de 802 hombres.
La seguridad
también había sido bien cuidad, el buque tenia 15
mamparos transversales que dividían el espacio interno
en 175 compartimentos estancos.
El “Lusitania”,
junto con su gemelo, empezó a operar como trasatlántico
correo, efectuando un servicio semanal entre Liverpool y Nueva
York hasta el verano de 1914, cuando el puerto de destino paso
a ser Halifax, Nueva Escocia.
Adentrémonos
a ahora, en el ultimo viaje de este gran barco, y las circunstancias
que motivaron esta tragedia.
El “Lusitania”
había zarpado el 1 de mayo de 1915 del puerto de Nueva
York con destino a Liberpool. Ya hacia varios meses que había
reanudado su servicio regular entre Inglaterra y Estados Unidos.
En este viaje iba al mando del capitán Turner, que pudo
salvarse y que aporto valiosa información a las autoridades
encargadas de la investigación. A bordo viajaban unas 2000
personas en calidad de pasajeros, y 800 tripulantes.
Transportaba
también, una partida de municiones de fusil y de cañón,
cuya cantidad es estimada diferentemente en fuentes diversas desde
173 toneladas, reconocidas por W. S. Churchill, que en ese momento
era primer lord del Almirantazgo; hasta 5.000 toneladas en que
es estimada por otros. Lo concreto, independientemente de la cantidad,
es que este hecho y no los torpedos fue la causa del hundimiento
del buque, ya que como veremos mas adelante, ellos impactaron
justamente en esa bodega.
No podemos
dejar de señalar la actitud negligente de los ingleses,
en el sentido de hacer navegar un buque de pasajeros, en una zona
de guerra, con un cargamento de explosivos a bordo. Otro aspecto
polémico de este caso fue dilucidar si el buque estaba
o no armado, los ingleses, desde ya, negaron que el buque lo estuviera,
los alemanes por su lado afirmaron si estaba realmente artillado.
Lo que si se puede afirmar es que el buque, en virtud del convenio
con el gobierno británico por el que se exigía que
en caso de guerra sirviera como transporte de tropas, tenia las
cubiertas reforzadas e instaladas bases para recibir cañones.
Antes de la
salida había habido anuncios en la prensa norteamericana
en el sentido de advertir al pasaje que se abstuviera de embarcar
en él, y los propios círculos oficiales alemanes
manifestaron más tarde que sus servicios de representación
en los EE.UU. habían advertido del peligro que se corría
al navegar en cualquier buque británico. Muestra de ello
es el anuncio que la embajada alemana en Washington publicó
en los periódicos, advirtiendo el riesgo de viajar a Europa
en barco, aun cuando éste no pertenezca a los países
en guerra. Recordemos que Alemania el 7 de febrero del mismo año
había declarado “la campaña sin restricciones contra
el comercio enemigo”. Mediante ella se indicaba que los submarinos
alemanes tenían como prioridad atacar los buques mercantes
que navegaran en la zona de guerra circundante a las islas británicas.
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Un
aviso de la embajada alemana en Washingtong advirtiendo el
peligro de viajar a Europa en barco, aun cuando éste
no pertenezca a los países en guerra. |
En los días
inmediatos anteriores a la catástrofe se sucedieron avisos
del almirantazgo ingles relativos al avistamiento de submarinos
en la zona sur del canal de Irlanda.
El día
6 de mayo además del aviso general que ordenaba evitar
las puntas salientes de la costa, echarse a fuera, y navegar a
toda velocidad al cruzar delante de los puertos, hubo una advertencia
especial para el “Lusitania”, en donde se señalaba la presencia
de submarinos en acción a la altura de la costa meridional
de Irlanda.
El
día 7 se envía otro aviso en el que se señalan
submarinos alemanes en la zona sur del canal de Irlanda y al sur
del faro de Coningberg; al mismo tiempo que se difundía
este aviso a todos los buques en general, se les insistía
en que se aseguraran de que el “Lusitania” recibiera toda aquella
información, la que fue complementada por otro aviso en
el que se indicaba que a la mañana de ese día habían
sido avistados submarinos a 5 millas al sur de cabo Clear.
Las declaraciones
posteriores del capitán Turner confirmaron que todos estos
avisos habían sido debidamente recibidos a bordo.
Cuando recalaron
en cabo Fastnet, a bordo se adoptaron las precauciones habituales
que en esa época se empleaban al entrar en una zona peligrosa,
como fue la de alistar los botes para se rápidamente arriados
en caso necesario, doblar el servicio de serviolas y mantener
constante comunicación radiotelegráfica con las
estaciones de la costa irlandesa.
A pesar de
las ordenes recibidas por vía radioléctrica y de
los múltiples avisos sobre la presencia de submarinos en
la zona, el capitán Turner con animo de recalar en Liberpool
dos horas antes de la pleamar, ordenó reducir la velocidad
de 27 a 25 nudos, velocidad que tuvo que ser aminorada más
tarde a causa de niebla hasta hacerla bajar a 15 nudos.
No
constó que el buque se hubiera atenido a la instrucción
cursadas por el almirantazgo, que con fecha 16 de abril, indicaba
a los capitanes que era aconsejable navegar en zig-zag, cuando
se circulara por zonas en las que fuera dado esperar un ataque
submarino. En esa época, por la gran desproporción
entre la velocidad de los buques en superficie y la de los submarinos
en inmersión, la táctica más recomendable
era navegar a toda maquina y en zig-zag a fin de imposibilitar
que pudieran centrarse correctamente el blanco para lanzar los
torpedos.
Cerca de la
14,00 horas del 7 de mayo de 1915 el comandante Schwieger, al
mando del submarino “U-20”, avistó, según su declaración,
“un gran buque que no pudo identificar, pero que era atacable
a tenor de las instrucciones que habían recibido los submarinos
alemanes, después de la declaración de su almirantazgo
sobre la guerra submarina sin restricciones, dentro de la zona
que la nota oficial delimitaba”. A las 14,10 horas dispara un
torpedo, el que fue claramente avistado desde el “Lusitania”.
Un periodista llamado Cowper así lo confirmó a las
autoridades luego de su salvamento. El propio capitán Turner
manifestó haber visto su estela, en cuanto la cantó
el serviola, en el instante en que se producía la explosión.
Un segundo
torpedo disparado a la banda de estribor determino la destrucción
del buque, que a las 14,15 horas lanzo la primera llamada de socorro,
anunciando que se hallaba en situación de peligro. El “Lusitania”
se hundió definitivamente a las 14,33 horas, es decir 18
minutos luego del primer impacto.
Por declaraciones
de los sobrevivientes se pudo saber que en el buque se sintieron
dos explosiones casi simultáneas, las que corresponden
a los torpedos y luego, también muy próxima, una
tercera mucho más fuerte, que provocó la muerte
de un centenar de pasajeros, y que sin duda fue la explosión
del cargamento de explosivos que el barco llevaba; ya que los
torpedos impactaron justamente en ese compartimento. Esta explosión
interna determinó que el casco se desfondara provocando
un gran rumbo, haciendo que los compartimentos estancos no resistieran
a la presión. Ello explica que un buque de ese tamaño
y con la cantidad de compartimentos en que estaba dividido se
hundiera en 18 minutos. Recordemos que el “Titanic” con una avería
de más de 100 metros en su casco tardó más
de 2 horas en hundirse
La evacuación
fue bastante ordenada, aun dentro de la gravedad de la situación
y de la rapidez del hundimiento. No pudo aprobecharse la totalidad
de los botes, hasta el extremo de que los cabos de los pescantes
de algunos de ellos tuvieron que se picados al llegar el agua
a la altura de la cubierta.
El buque se
hundió vertiginosamente de proa, en 90 metros de agua,
a una distancia de 11 millas del faro de Old Head Kinsale, para
quedar casi adrizado en el fondo.
De
inmediato el vicealmirante Crookes, al mando de la base naval
de Queenstown ordenó que se movilizaran todo tipo de embarcaciones
hacia el lugar del naufragio, las que no pudieron llegar antes
de las 2 horas. A bordo perecieron entre la explosión y
el subsiguiente hundimiento, 1195 personas, entre las que había
291 mujeres y 94 niños.
Entre las
víctimas se hallaba el multimillonario Vanderbilt, la última
vez que fue visto vivo, fue en cubierta, pocos instantes antes
del hundimiento, desprendiéndose de su chaleco salvavidas
y brindándolo a una pasajera. Su cuerpo fue hallado días
después al sur de Queenstown, después de una búsqueda
en la que se había ofrecido 125.000 libras al que lo encontrara.
Otras de las víctimas fueron el empresario Frohman, el
ingeniero Pearson y el comandante Stackhouse. Un pasajero español
llamado Vicente Egaña, que no sabia hablar ingles, traslado
en brazos por su propia cuenta a varias mujeres y niños
hasta la cubierta de botes. Más tarde, y al desaparecer
el buque, se arrojo al agua y finalmente fue recogido por uno
de los botes en el que había muchas de las mujeres a quienes
había salvado la vida.
El comandante
del submarino observo los detalles del hundimiento por el periscopio
después del segundo torpedo, y en ese momento se dio cuenta
de la identidad del buque torpedeado. Según su propia confesión,
en ese instante se imagino la enorme trascendencia del hecho,
hasta el punto de que abandono entre dos aguas el lugar del hundimiento
sin entretenerse en asistir a la agonía de su víctima.
Algunos de los sobrevivientes declararon, por el contrario, que
entre la niebla habían observado la torreta de un submarino
increpando a los náufragos. La realidad nunca se sabrá:
a ello ha contribuido el pánico y sobresalto de los náufragos
y el apasionamiento posterior y el caldeamiento al rojo vivo de
los ánimos en ambos continentes, a lo que contribuyeron
no poco la prensa y los demás servicios de propaganda aliada,
en pro de la entrada de los EE.UU. en la guerra; ya que a bordo
viajaban cierto numero de pasajeros norteamericanos.
La reacción
anti alemana en los EE.UU. fue inmediata, aumentando el tenor
de las protestas a medida que la prensa trabajaba el tema. Se
trajeron a colación otros torpedeamientos en los cuales
intereses humanos o materiales norteamericanos habían sido
atacados y perdidos, como en los hundimientos del “Falaba”, en
el bombardeo del “Cushing” y en el torpedeamiento del “Gulflight”.
Hubo actos públicos y manifestaciones con diverso grado
de violencia en todos los Estados Unidos, contra lo que fue calificado
de “crimen de lesa humanidad y de atentado contra el derecho de
gentes”, del que se hacia personalmente responsable al emperador
de Alemania.
El gobierno
alemán justifico el acto como uno más de los típicos
de la guerra, una vez formalizada la campaña sin restricciones
contra el comercio enemigo.
La realidad
de los hechos y sin animo de justificar un suceso como este, donde
cientos de vidas inocentes se perdieron, se debió a la
necesidad ineludible del gobierno alemán de luchar como
fuera contra las medidas inglesas de cercenamiento del comercio
neutral con Alemania ( navicert ), y al azar de la guerra, que
con la desobediencia del capitán Turner a las instrucciones
recibidas, puso imprudentemente su buque al alcance de los torpedos
de un submarino que en todo momento era de andar inferior al “Lusitania”.
No olvidando, además, que la causa principal del rápido
naufragio fue la detonación de los explosivos que el barco
llevaba y que lo convirtió de un pacifico buque de pasajeros
en una unidad que estaba transportando contrabando de guerra,
con el consiguiente peligro que eso implicaba a los pasajeros.
( Navicert
es la sigla inglesa que resulta de la unión de las primeras
sílabas de las palabras “Navigation” y “Certificate”).
El Navicert, cuya practica comenzó en la Primera Guerra
Mundial, es la autorización o libre pase expedido por las
autoridades consulares inglesas a exportadores que se hallen pendientes
de embarques de mercancías con destinos a pises neutrales
y con respecto a las cuales exista o haya existido la duda o sospecha
de su posible reexpedición a país enemigo. El objetivo
de los medios militares británicos era que ni una de las
partidas de mercancías por cualquier concepto susceptible
de permitir el menor esfuerzo a la economía de guerra de
las potencias centrales y concretamente a Alemania, fuera reexportada
a ella desde los países neutrales, limítrofes o
próximos. Este objetivo tuvo dos consecuencias inmediatas:
la vigilancia de las exportaciones a tales países en todos
los puertos del mundo y la vigilancia ejercida por todos los medios
de cerca de cuatro de ellos, esto es: Noruega, Suecia, Dinamarca
y Holanda. Las autoridades militares inglesas organizaron un servicio
de inspección de buques extranjeros en las aguas que circundaban
la islas Británicas, como consecuencia del cual eran abordados
tales buques por oficiales de los patrulleros ingleses en alta
mar de las islas y reconocida su documentación ).
En cuanto
a las consecuencias, este suceso fue la bandera de combate del
partido intervencionista norteamericano, que determino la entrada
de su país a al guerra, pero no inmediatamente, sino en
el momento en que el Congreso estimo procedente la declaración
de la misma, que fue bastante más tarde, cuando ya la asfixia
y el agobio se hacían sentir sobre todos los beligerantes
de ambos bandos y cuando un refuerzo, por mediano que fuera, había
de inclinar la balanza decididamente en favor de uno de los bandos
contendientes.
Para terminar,
siempre fue curioso el hecho que el gobierno ingles prohibiera
durante mucho tiempo que el Lusitania fuera buceado, sobre todo
encontrándose a una profundidad de 90 metros, la cual con
los sistemas modernos no representa ninguna dificultad. Finalmente
una expedición logró recorrer los restos, comprobando
que el barco se encuentra entero y en la zona de proa, donde impactaron,
los torpedos existe una gran parte del casco desfondado con claras
muestra de estar la chapa retorcida hacia afuera y no hacia a
dentro, lo que indica claramente que la razón principal
del naufragio fue una detonación interna ( la de la carga
de explosivos ) y no externa ( la de los torpedos ).
Zona de impacto de los torpedos
en la sala de calderas Nº 1
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Corte transversal mostrando la escora del barco y el nivel
del agua en el exterior y en el interior
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Sección
mostrando las cuatro salas de calderas
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Corte transversal mostrando la trayectoria
del torpedo y el lugar de impacto en la zona de la sala
de calderas Nº 1
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Plano de las calderas simples y
dobles que estaban en la sala de calderas Nº 1
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Nunca
se sabrá hasta que punto tubo responsabilidad el almirantazgo
ingles en este hecho, si es que la tubo? Lo concreto es que
la intervención Norteamericana en la Primera Guerra Mundial
fue decisiva para la victoria de los aliados.
Recuerdo una
circunstancia similar en la segunda guerra mundial, con motivo
del ataque japonés a la base de Pearl Harbor, donde los
Norteamericanos, a través de su servicio secreto, tenían
idea de que Japón atacaría muy posiblemente esa
base. Este hecho posibilitó a los EE.UU. la declaración
de guerra al Eje, e inclino nuevamente el resultado final de la
contienda en favor de los aliados. Pero esa es otra historia que
en algún momento abordaremos.
Marcelo C.
Ossó
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