“¡¡¿¿De qué lado es
sotavento??!!”
Por
Héctor de Ezcurra
El
mal
de mar, ese enemigo traicionero que acecha al más pintado de los
navegantes, esperando un descuido para arruinarle un crucero o una regata,
requiere prevención. Algunas recomendaciones.
Las palabras del título fueron las
últimas de un desesperado tripulante, antes de eyectar por sobre el
guardamancebo, acompañado de un sonido gutural, lo que quedaba de su desayuno y
su almuerzo. No es la escena más agradable de imaginar, pero es que nuestro
amigo, (que ahora tenía un extraño color verde claro en su cara perlada de
transpiración y que quedaría para el resto del viaje prendido del candelero),
tenía la desgracia de haber caído en las garras de ese adversario oculto en los
laberintos del oído y en la boca del estómago, responsable de haber arruinado
el entusiasmo náutico de más de uno: la
cinetosis. (El famoso mareo, que
le dicen.)
Muchos
ya sabrán que este trastorno se produce por los conflictos entre las
informaciones que se reciben de los distintos sistemas perceptivos. La vista no
percibe el mismo movimiento que perciben los otros órganos del equilibrio,
entonces el sistema nervioso central reacciona y no tiene mejor idea que
activar el centro de la náusea. Por eso, si se lee a bordo o si se está bajo
cubierta, no se percibe visualmente el movimiento que los otros sistemas si
detectan, creándose un conflicto de percepciones (lo que difícilmente pasaría a
bordo de un Optimist). El exceso de frío o de calor y la ansiedad facilitan
este proceso. La sugestión juega un rol muy importante, para bien, (“No puedo marearme porque tomé la pastilla“),
o para mal, (“Yo siempre me mareo”).
Usualmente
ataca en las primeras horas o días a bordo, después se produce un
acostumbramiento y se adquieren las “piernas
de mar”: un acomodamiento postural automático que acompaña al movimiento
del barco.
En la mayoría
de los casos los mareos son leves y autotratables. Sólo si los síntomas
aumentan progresivamente o persisten varios días, habrá que consultar un
médico.
Por eso, si va
a enfrentarse con un enemigo así, más vale vaya con: A) unas buenas estrategias
de combate y B) un buen arsenal:
A)
ESTRATEGIAS
1) Antes del combate:
-
No
tome alcohol y, (sobre todo), descanse bien.
-
Por
la mañana no desayune con café ni con mate.
2) En plena batalla:
-
Tome
siempre mucho aire puro, respirando profundo pero lento. No fume. Evite estar
donde se fuma, donde llegan los gases del escape o malos olores (especialmente
de vómito).
-
Manténgase
donde menos se mueva el barco: generalmente es a popa, de pie sobre la línea de
crujía, en un lugar que no sea alto. Mire hacia delante, manteniendo siempre contacto visual con el horizonte y otros puntos
distantes fijos. Si hay riesgo de mareo evite estar bajo cubierta.
-
Afloje
los hombros moviéndolos para adelante y para atrás, tome conciencia de su
rigidez postural y aflójese. Intente adquirir las “piernas de mar”, no luchando, tenso, contra los movimientos del barco, sino acomodándose a ellos, como lo hace el compás magnético con su
mecanismo cardánico.
-
No
lea. Trate de no enfocar la vista cerca (instrumentos, cartas), ni mirar con
largavistas, más allá de lo indispensable.
-
No
tenga el estómago demasiado lleno ni demasiado vacío. Coma, de a poco,
alimentos sin grasa, que no estén muy condimentados ni tengan olores o gustos
muy fuertes. Que sean de fácil digestión y que den al contenido del estómago
una consistencia más bien pastosa: galletas, panes, manzana, frutas de lata
(duraznos en almíbar).
-
No
tome alcohol, café, ni mate (estimulan la náusea). Si necesita reponer
líquidos, hágalo de a poco, por etapas. Cualquier gaseosas va bien,
(especialmente si consigue “Ginger Ale”).
-
No
lo mire ni le hable al que está mareado. Será poco solidario, pero práctico: lo
mejor que puede hacer por él es no marearse Ud. también.
-
Si
piensa que va a poder dormir, inténtelo. Si no logra dormirse, no se quede
acostado, ni con los ojos cerrados, ni bajo cubierta.
3) Si empieza a perder la batalla:
-
Chequee
(mentalmente) la lista anterior y vea qué puede corregir.
-
Dedíquese
a alguna tarea a bordo que requiera concentración mental: (timonear, estar
atento a las boyas de barco hundido o llevar la escota del spinnaker). Si un tripulante comienza a marearse: además de
ofrecerle un tratamiento, asígnele tareas. Concentrarse en algo útil es siempre
mejor que hacerlo en lo mal que uno se siente.
4) Si la primera batalla se perdió y
se producen vómitos:
- Antes: Si tiene elementos de
ortodoncia: quíteselos.
- Durante: ¡Evite caer por la borda!
- Después: Debe mantenerse abrigado, si
es imprescindible: en la cucheta, recibiendo líquidos de a poco, en cuanto
pueda, (si hay: té de gengibre con miel), acompañados de palabras
tranquilizadoras y de aliento.
B)
ARSENAL
-
Ármese días antes del combate: más allá de lo que digan los
prospectos, todos
los medicamentos preventivos deben empezar a tomarse con mucha anticipación a
la zarpada; si es de 24 hs.: mejor.
-
Usualmente,
luego de tomarlos un par de días de, se hacen innecesarios.
-
Recuerde
mantener los medicamentos en un lugar seco, sin luz directa ni calor y fuera
del alcance de los niños.
1)
“Armas biológicas”
Gengibre: Usado por los pescadores polinesios y
estudiado por la NASA, algunos dicen que es útil, ingerido en distintas formas:
en caramelos, como té (una cucharadita de polvo de raíz desecada en una taza de
agua hirviendo), en galletas y panes y en el “Ginger Ale”. Todo esto se
consigue en el barrio chino de las calles Arribeños y Mendoza, en Belgrano. Lo
más eficaz es el polvo de raíz desecada molida (como te) o en cápsulas con 1-2
gramos. También en EEUU se pueden conseguir las cápsulas “Motion Mate” (de Nature’s Way) y una bebida llamada “Smooth Sailing”. Ninguna de estas cosas
tiene efectos colaterales, por eso se usa mucho en chicos.
2)
“Armas livianas”
Pulseras: Son elásticas y se usan en el antebrazo.
Algunos sostienen que han sido muy efectivas y que si están bien colocadas, una
esfera plástica presiona sobre el punto nei-guan
de acupuntura y da alivio instantáneo. Fueron testeadas por las marinas de
varios países. Se consiguen en Uruguay y en Inglaterra (“The Sea Band”, inglesas), en EEUU (“Relief Bands”) y en varios aeropuertos. También hay una versión
electrónica, donde en el mismo punto, un pequeño dispositivo parecido a un
reloj emite un impulso eléctrico regularmente.
3)
“Armas químicas”
¡Atención!: A pesar de que todas son de venta bajo receta, en
la práctica se consiguen sin ella. Aún así, requieren consultar con un médico
si hay trastornos emocionales o del estado del ánimo, enfermedades del hígado o
del riñón, problemas prostáticos o urinarios, glaucoma, asma, problemas
cardíacos, embarazo o lactancia, o si recibe algún fármaco con el que pueda ser
incompatible (especialmente depresores del SNC).
Si hay incoordinación o sedación debe evitarse
conducir vehículos, operar maquinarias, realizar acciones riesgosas o tomar
alcohol durante su uso.
·
Escopolamina
Para muchos
(me incluyo), es la droga de elección, por su eficacia por y la menor
incidencia de efectos colaterales.
Reacciones
colaterales: la más común es la sequedad de boca y garganta, pero
también, con el uso prolongado (especialmente en gerontes), puede llegar a
producir visión borrosa de cerca, incoordinación, sedación, desorientación,
nerviosismo, insomnio, inapetencia, dificultad para orinar o aceleración del
pulso. Si, aplicado como parche, produce problemas respiratorios, pérdida de
memoria, reacciones cutáneas en la zona de aplicación, o reacciones alérgicas (enrojecimiento
e inflamación de la cara, dificultad para respirar), se lo debe retirar. Salvo
en forma de gotas, esta contraindicada en niños.
Formas
farmacéuticas:
-
“Transderm Scop” (lab. Novartis, EEUU). Es un parche, de venta bajo receta,
que se aplica en la zona de piel libre de pelo detrás de la oreja, que libera
la droga durante 3 días. También en EEUU se consigue un gel en una jeringa,
pero no para inyección, sino para
aplicar sobre las muñecas, de acción similar al parche, que dura de 8 a 12 hs..
Se puede fabricar un parche casero, aplicando una capa de gel sobre un apósito
cuadrado tipo “Band-Aid Spot”.
-
“6 Copin” (lab.
Ariston, Argentina), de venta bajo receta no archivada, comprimidos, gotas y
ampollas inyectables. Además de escopolamina contiene otras drogas que quizás
sean innecesarias. Los 4 comprimidos por día sugeridos por el laboratorio
quizás no resulten suficientes.
-
“Aeromar” (lab.
Celsius, R. O. U.), comprimidos. Se consigue en Uruguay sin receta. Se toma un
comprimido cada 4 hs. Es con la que observé los mejores resultados.
·
Antihistamínicos
- “Dramamine” (Dimenhidrinato 50 mg, del lab. Temis
Lostalo, comprimidos.) Se toman 50 mg (o 100) cada 4 hs. (o 6), dependiendo de
la respuesta, no pasando nunca de 400 mg/día.
Reacciones
colaterales: Las principales son somnolencia, sedación (a veces
importante y molesta), incoordinación, visión de cerca borrosa y reacciones
alérgicas. Otras veces da nerviosismo, insomnio, sequedad de boca y vías
respiratorias, inapetencia, vómitos o diarrea, que desaparecen con interrumpir
la medicación. No debe combinarse con antidepresivos, sedantes, ansiolíticos,
analgésicos o relajantes musculares sin consultar previamente.
- Más eficaz y
un poco más nuevo que el anterior, pero que no se consigue en nuestro medio, el
“Bonine” o “Antivert” (Meclizina 25 mg, EEUU), tiene las mismas
contraindicaciones y reacciones colaterales que aquel, pero produce menos
sedación y la duración del efecto es mayor, (de 12 a 24 hs.). Se toma 1
comprimido cada 12 hs. Se consigue también en tabletas masticables.
·
Otros: Hay quienes recomiendan la Homeopatía, la Aromaterapia, el
antiepiléptico Fenitoína, el antiparkinsoniano Cinarizina, el consumo de miel o
de bebidas amargas tipo “Fernet Branca”, o cábalas y gualichos varios.
4)
“Armas pesadas”
-
Escopolamina inyectable: puede ser administrada por un médico a quien
esta “liquidado”, con vómitos que le
impiden recibir alimentos o medicamentos por varios días.
Conclusiones:
Ø
Desgraciadamente
no hay una solución universalmente efectiva, pero hay medios como para, en la
mayoría de los casos, aliviar los síntomas o hacerlos desaparecer.
Ø
Recuerde que los medicamentos preventivos no garantizan nada
si no se cumplen con las estrategias mencionadas. Éstas solas, muchas veces,
son lo suficientemente eficaces como para que ni hagan falta las medicaciones.
Ø
Tenga en cuenta que lo que le funciona a uno no tiene por
qué funcionarle a otro y que, otras veces, los medicamentos funcionan, pero dan
reacciones colaterales que incapacitan para sentirse bien, útil y disfrutando
de estar a bordo.
Ø
Nunca subestime el “efecto placebo”: si probó algo y funcionó: úselo.
Ø
Sino, vaya probando diversas alternativas. Si no funcionan
por separado, casi nunca fallan cuando están combinadas (por ej.: parche de
escopolamina + comprimidos de Dimenhidrinato).
Ø
Por último, si ya probó todo lo anterior y sigue sin
encontrar una solución: ¿Nunca le llamó la atención el golf?
E-Mail: h_de_ezcurra@tutopia.com